Queridos militantes de la ACG y herman@s en Cristo:
Después de estos cuatro años, donde he vivido una nueva experiencia con mi querida Acción Católica, toca retirarse del frente diocesano y desplegarse hacia el frente parroquial, eso sí, con la misma ilusión y decisión. Este periodo pastoral, en la Comisión Diocesana de ACG y en el Consejo Diocesano AC, ha significado un don de Dios para mi ministerio sacerdotal, al igual que lo fue el de Consiliario del, ya desaparecido, MJAC. Un don de Dios que se ha hecho presente en el compartir la vida de fe en una espiritualidad militante; en el aprender de vuestras historias personales y comunitarias; en el contemplar vuestra fidelidad y amor a Dios y a la Iglesia; en vuestro trabajo callado y servicio constante y en vuestro compromiso militante por los más pequeños y necesitados.
Doy gracias al Señor, por sentirme acompañado por vosotros en mi ministerio sacerdotal y acrecentar la caridad pastoral en él.
También quiero dar las gracias al Sr. Arzobispo, D. Juan José y su obispo auxiliar D. Santiago, por la confianza que me brindaron para este servicio diocesano y por su apoyo constante en estos años. Y como no, dar las gracias a los miembros de la Comisión Diocesana (las dos a la que he pertenecido) y, de forma especial, a sus dos presidentas: Carmen y Concha, sois un ejemplo de militancia.
A D. Francisco Durán, desearle que descubra el gran valor de la AC y disfrute sirviéndola, confiando que le daréis todo vuestro cariño y que le acompañareis en su ser Consiliario.
Por último, os animo a que hagamos de la ACG de Sevilla un hogar fraterno y alegre donde todos encontremos motivos para seguir creciendo y acercándonos a Dios, nuestro Padre.
Fco. Javier Brazo Delgado, Pbro.